martes, 28 de abril de 2020

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Hans Behr, junto a un meteorito en Nueva York y Dalton Osorno en Paris. Cortesía de los autores

Guayaquil está en las dos novelas ganadoras del premio La Linares 2020 

Redacción Cultura - 23 de abril de 2020 - 16:00 . 

Sonata para Jaibas y Cangrejos, de Dalton Osorno y Firmamento, de Hans Behr Martínez son las obras ganadoras. Se publicarán antes de mayo de 2020. Los escritores Dalton Osorno (Jipijapa, 1958) y Hans Behr Martínez (Guayaquil, 1962) compartirán el Premio La Linares de novela breve este año. Osorno escribió la Sonata para jaibas y cangrejos, que había enviado usando el seudónimo Ambrosina de Amay, que en realidad es uno de sus personajes. Pero también existió en la realidad. “Ambrosina, que teje y desteje la historia” fue amiga de infancia del autor y ahora aparece como narradora en esta “crónica novelada” de varias voces narradoras. Ambrosina vivía en Olmedo y Eloy Alfaro, regentó la casa de citas “El Mil Amores” y convivió con Osorno en el desaparecido Parque Montalvo, en Guayaquil. “Se perdió de la vida, pero siempre estuvo latente” su recuerdo, dice el escritor. “La imaginé toda la vida como mi fiel confidente, amante imaginaria, amiga leal y loca”. El escenario es la porteña Calle 18 o Calle Salinas y los burdeles que la bordean. En 48 apartados, se alternan como narradores un viejo cronista y un joven novelista “deseosos de registrar y fabular el presente y el pasado de la calle prostibularia y sus habitantes”, según el jurado de La Linares. El autor manabita reside en Salinas desde que se jubiló, en 2014. Vivió durante más de cuatro décadas en Guayaquil, desde su nacimiento. En narrativa se estrenó con el libro de cuentos El vuelo que me dan tus alas (1988) y ha publicado varios poemarios. “Nací ciego, luego fui operado”, cuenta, “entonces aprendí, con mi caleidoscopio digital a mirar la ciudad a través de cristales, ventanillas en un desdoblarse y querer lo fragmentado”. El jurado del premio –compuesto por los literatos Elizabeth Rivero, Carlos Carrión e Iván Égüez– señaló en el veredicto que, en cuanto al lenguaje, Osorno emplea “vocablos de germanía y una revitalización de términos antiguos, notable en el nostálgico diálogo entre los dos viejos cafishos”. A la publicación impresa –que se difundirá mediante la Campaña de Lectura “Eugenio Espejo” – le precederá una edición digital, que se podrá leer desde la próxima semana, comentó Égüez, encargado de la edición y autor de la novela La Linares (1993). “Tendremos que hablar de lo que pasaba antes de la era de la peste, los libros físicos; y después de esta, los virtuales”, suelta Osorno, sobre la epidemia del covid-19. “Me acuesto soñando que despertaré, pero no sé si después de esta pesadilla estaré vivo o muerto”. En esta historia hay un homenaje a cronistas guayaquileños: Rodolfo Pérez Pimentel, Antonio Gómez Iturralde, Modesto Chávez Franco, Víctor Emilio Estrada. A plumas como la del brasileño Rubem Fonseca, además de un repaso por archivos históricos (recrea la herencia musical y pirata del puerto, hasta los cercos del presente) y recupera “las múltiples voces de personajes anónimos que cobran vida en el texto”. Un Firmamento negro y futurista En el Área 51 no cayó una nave espacial. Sino un meteorito, una sonda que tenía un cubo dentro, como el cubo Rubik, reseña Behr Martínez su más reciente obra, Fimamento. Trigoltio, el seudónimo con que envió la novela a concurso, es también el nombre del material metálico que compone este cubo. Uno de los escenarios es la Cueva de los Tayos, que recibe al primer hombre que pisó la Luna y a investigadores. Otro de los cubos está cerca de ahí, en Macas. En Las Luces de la felicidad (2013), premiada por la Casa de la Cultura, Behr Martínez había, explorado ya la ciencia ficción, también con el personaje llamado Stephen Hawking. Ahora hay un añadido policial: Hawking planifica el asalto en Ecuador, pues el tercer cubo está en El Pentágono, tan impenetrable como el Area 51. El antecedente, en 1976, es que Neil Amstrong robó en Los Tayos, con ayuda de soldados ecuatorianos, tablas de oro pintadas de negro por los mensajes que en ellas estaban grabados, iguales o semejantes a los que astronauta, supuestamente, encontró en la Luna. Este nuevo robo del siglo se planifica de forma minuciosa, así “lo pedía la historia”, dice el autor desde su casa en la vía a Samborondón, donde entrena a pastores alemanes y espera volver al Colegio Torremar, en el que es bibliotecario. La banda encargada de perpetrar el atraco es “pintoresca”, ha descrito el jurado. Y el adjetivo queda corto pues está conformada por payasos (Tom Bombón, Plácida Galleta o Mate Peluquín), uno de quienes ha rescatado a sus cómplices de la calle, y cuya acción se da en un banco. “El asalto es de tanta eficacia narrativa que el narrador se permite mencionar, no sin humor, a (Quentin) Tarantino como guionista invitado”, dice el veredicto de La Linares. “El parecido mecánico del cubo alienígena transportador en el tiempo con el cubo de Rubick coincide con la semejanza estructural de las piezas narrativas con el juego denominado Black Jack”. Aunque el Hawking de Fimamento siempre está en tensión con el científico real, deja frases que articulan esta ficción, como esta: “limitar nuestra atención a cuestiones terrestres, sería limitar el espíritu humano”. (I) Datos Por primera vez, dos escritores compartirán el premio de novela corta, que incluye $ 6.000. Se han cumplido cinco ediciones, será también la primera vez que haya edición digital. El ganador de 2019 fue César Hermida, por la obra Amoríos.

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Veredicto del Premio La linares de Novela


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Veredicto del «Premio La Linares de novela breve», 2020

Quienes suscribimos este veredicto, en calidad de Jurados del “Premio La Linares
de novela breve”, 2020, hemos podido constatar, a lo largo de nuestras lecturas,
el magnífico nivel de gran parte de las obras presentadas y, luego de un
pormenorizado análisis de las mismas, hemos determinado lo siguiente:

  • Acogernos a la cláusula décima de las bases del Premio, que dice: 
  • “Es facultad del Jurado resolver cualquier caso no considerado en las bases 
  • de la presente convocatoria” y, bajo esta prerrogativa, resolver lo que ha sido 
  • para nosotros un dilema de adjudicación del Premio, pues hemos coincidido 
  • en apreciar dos obras con igual puntaje y méritos. Pese a no estar considerada 
  • en las bases esta posibilidad, pero al no sobresalir una obra de otra, 
  • consideramos que ambas tienen el mismo derecho a ostentar el Premio 
  • en su versión 2020. De este modo otorgamos por igual, y sin prelación alguna
  • al nombrarlas, el Premio La Linares de novela breve, 2020, a las obras 
  • Sonata para jaibas y cangrejos, presentada por el pseudónimo Ambrosina
  •  de Amay, y a la obra Firmamento, presentada por el pseudónimo Trigoltio.

  • Sugerir a los organizadores del Premio que, dadas las circunstancias 
  • de aislamiento y la consiguiente paralización de las actividades productivas
  • a causa del Covid 19 -que conllevan la imposibilidad de la publicación 
  • física de las obras- consideren la publicación virtual de las mismas, de manera 
  • simultánea y abierta a los medios cibernéticos posibles; de este modo se
  • universaliza su lectura y la apreciación de ellas, sin menoscabo de que cuando
  •  se pueda se realice una edición impresa.
  • El reconocimiento pecuniario establecido será compartido por igual entre 
  • los dos autores premiados.
  • Hacer públicas las consideraciones literarias expuestas durante las 
  • deliberaciones del Premio:

Firmamento, de Trigoltio:

Mezcla con eficacia elementos de novela negra y ciencia ficción, con innegable
proyección futurista,  más una nota de humor innegable. Para hablar de su tema
citamos a Stephen Hawking, uno de los personajes de la obra. Según él,
“limitar nuestra atención a cuestiones terrestres, sería limitar el espíritu humano”.
Precisamente, la novela parte de hechos históricos  como el caso Roswell
en 1947 y se lanza a la conquista del tiempo, con hechos de filiación ficticia.
Antes narra la  llegada de Neil Amstrong a la Cueva de los Tayos y hace
coincidir la muerte del astrofísico británico con el inicio de la conquista temporal,
 gracias a los cubos dejados por los alienígenas en Roswell, uno de los cuales
se guarda en una caja de seguridad en un banco de Macas, y a los mensajes
constantes en la Cueva de los Tayos, adonde llegó el mismo Neil Amstrong,
en 1976, quien robó, con ayuda de soldados ecuatorianos, en dos cajas negras,
tablas metálicas de oro pintadas de negro, por los mensajes que en ellas
 estaban grabados, iguales o semejantes  a los que él, supuestamente,
encontró en  la luna.
Estas unidades se ordenan mediante un juego ágil y perfectamente funcional
de los tiempos y espacios  narrativos.
La narración es de carácter cinematográfico, mezcla personajes históricos y
ficticios de modo verosímil. Un ejemplo es la conformación de una banda 
pintoresca que asaltará la agencia bancaria de Macas, para robar la caja
de seguridad mencionada antes, donde Estados Unidos esconde  uno de
los dados transportadores en el tiempo, que debe estar cerca de la Cueva de
los Tayos, por razones científicas. El asalto es de tanta eficacia narrativa
sin ahorrarse violencia ninguna, que el narrador se permite mencionar,
no sin humor,  a Tarantino como guionista invitado.
La estructura narrativa se completa con la serie de unidades llamadas
encuentros. A todo esto, dicha estructura tiene conformación circular,
 por la colocación estratégica de unidades semejantes al comienzo de la
novela y al final de ella. Por otro lado, contribuyen a multiplicar el nivel
 polisémico de la obra la presencia de un supuesto Stephen Hawking,
frente al Stephen “real”. Por otro lado, el parecido mecánico del cubo
alienígena transportador en el tiempo con el cubo de Rubick coincide
con la semejanza estructural de las piezas narrativas con el juego
denominado black Jack…
Por último, la parte más rica poética y  misteriosa de la novela es la unidad
  final titulada” La esperanza”.
Tal vez un sustantivo que debería ponerse entre interrogaciones.

Sonata para jaibas y cangrejos, de Ambrosina de Amay

Es una novela polifónica y metaficticia que recoge las vivencias de la
guayaquileña Calle 18 o Calle Salinas y los burdeles que la bordean,
así como también de la ciudad puerto que la acoge. Compuesta de cuarenta
y ocho apartados, convoca y combina una multitud de voces entre las
que destacan aquellas de un viejo cronista y un joven novelista deseosos
de registrar y fabular el presente y el pasado de la calle prostibularia y
sus habitantes, y las memorias de la bella Ambrosina, regenta de
El Mil Amores, una de las casas de citas más celebradas de la calle.
Esta novela seduce por su rico y diestro trabajo con el lenguaje y por su
 habilidad para crear y recrear ambientes. El manejo del lenguaje revela un
 trabajo de orfebre en el que se dan cita un abundante repertorio de vocablos
 de germanía y la revitalización de términos antiguos, notable en el nostálgico
 diálogo entre los dos viejos “cafishos”. Destaca también por su destreza
 en la pintura de los escenarios: la calle 18 con su parafernalia suburbana de
 sonidos, sabores e imágenes y la ciudad de Guayaquil, con su herencia de
 piratas y nutrida historia musical. Otro punto favorable en la novela lo constituye
 su capacidad para reflexionar (y provocar la reflexión) sobre eventos recientes
 y su impacto social (la construcción de muros para acotar y controlar la actividad
 en la Calle 18) así como también hechos de la historia de Guayaquil
(por ejemplo, el asesinato de los estudiantes que luchaban por libre acceso
a la universidad) sin caer en didactismos ni someter el trabajo literario a estas
consignas. Se trata sin duda de una novela disfrutable que puede leerse a
 diferentes niveles y que incita a continuar la lectura.
  • Abiertos los sobres de identificación, las obras premiadas corresponden a los 
  • escritores:
  • Dalton Osorno, oriundo de Jipijapa, Manabí, y radicado en Salinas, provincia de 
  • Santa Elena, por su novela Sonata para jaibas y cangrejos;
  • Hans Behr Martínez, nacido y radicado en la ciudad de Guayaquil, por su 
  • novela Firmamento;

Felicitamos a todos los escritores que acudieron a la convocatoria y a quienes
han obtenido la distinción de Premio La Linares de novela breve, 2020,
así como a los organizadores de este certamen anual.
Elizabeth Rivero                                  Carlos Carrión                                  Iván Égüez
23 de abril de 2020
Aniversario del nacimiento de Cervantes y Shakespere, Día del Libro.